Chalecos Amarillos: Despertar o desaparecer. Por Chía

Ayer se cumplieron 40 años de nuestra nefasta Constitución. Sí, NEFASTA sin paliativos. España en el 78 era una nación unida, próspera y conciliada por más que nos hayan mentido los políticos. Al margen de una docena de gañanes analfabetos y rencorosos, la sociedad civil estaba conciliada. Se vivía en paz, prosperidad y libertad aunque no se eligiese al jefe del estado y los LGTBI no pudiesen pasear con el rabo al aire mostrando sus flácidas nalgas por la Gran Vía a las 12 del medio día. No había terrorismo, no se encarcelaba a homosexuales por ser homosexuales, los niños jugaban en las calles sin miedo porque no había drogas, ni delincuencia, ni pederastia… Había ley y orden y el delincuente sabía que pagaría por sus crímenes; había pleno empleo, seguridad en las fronteras, etc. Son datos. 

Y bajo un estado de shock por la muerte de Franco, brutales atentados terroristas (llevados a cabo principalmente por la, tan activa en Europa en aquellos tiempos, Red Gladio de la CIA, bajo el disfraz de la “comunista” ETA) y una brutal campaña de manipulación, desinformación, propaganda y engaño a la, siempre ingenua e ignorante -en política y geopolítica- población española, se nos coló esta constitución masónica. Texto infame que alberga en sus excesivas páginas, el germen de nuestra división, ruina, pérdida de soberanía y destrucción de la nación más antigua de Europa, que construyó el más grande y humanista imperio que el mundo ha conocido: España.
En estos 40 años la partitocracia oligárquica y masónica que padecemos  (no democracia, ya que las listas cerradas impiden que elijamos a nuestros representantes, no existe la separación de poderes, no vale lo mismo el voto de un español de Cataluña o Vascongadas que el de un señor de un pueblo de Toledo, etc) ha dejado a una nación que era octava potencia mundial, que tenía industria, pesca, agricultura, recursos energéticos, prósperas y rentables empresas públicas que pertenecían a CADA español y evitaba que se pagasen apenas impuestos, ejército capaz de defender a su población, convertida en este triste país de servicios terciarios, entregado a una tecnocracia psicópata instalada en Bruselas. Cleptocracia que nos ha obligado a desmantelar todos nuestros recursos a cambio de “ser europeos” ¿En serio? ¿Acaso la nación más antigua y que fue más poderosa de Europa, la que salvó al continente de la invasión musulmana haciendo que las campanas replicasen de Lisboa a Vladivostok, no es y ha sido siempre Europa? España ES Europa; y es más, Europa no sería sin España. Y por eso nos hunden, porque esos que solo tienen una meta: “erradicar la raza blanca y socavar sus civilizaciones” no pueden arriesgarse a enfrentarse a una nación como España con una población unida, porque cuando España se une ES INDESTRUCTIBLE. ¿Hasta qué punto nuestro analfabetismo, ignorancia, cainismo y manipulación, ha podido llevar al español que fue la envidia de Europa, a odiarse a sí mismo hasta llegar a creer que “no era europeo” si una panda de tecnócratas APÁTRIDAS  lo dictaminasen así? 
Y ahora miren el poder adquisitivo del español medio, donde una pareja trabajando ambos como esclavos no llega a fin de mes porque nos cosen a impuestos, somos pobres. Miren las hordas de ninis, jubilados, desgraciados sin amigos ni vida social, que captan en sus sectas ecologistas, feministas, animalistas, antifascistas… o cualquier “ista” que les haga sentirse parte de algo en esta sociedad distópica y absurda donde se ha destrozado la familia, la cultura, la historia, el arraigo a las tradiciones, a la decencia, a la patria… a  todo lo que humaniza y eleva al hombre y hace que sea capaz de quererse a sí mismo, de mejorar, superarse … Violentos que se odian a sí mismos, con aspecto, nivel cultural y lenguaje que degrada al ser humano al nivel de un bonobo, son azuzados a las calles a golpe de talonario sionista, empujados a volcar ese odio hacia sí mismos (que les corroe), gritando consignas estúpidas o anacrónicas, que políticos a sueldo de  psicópatas, meten en sus cabezas ayunas de conocimiento, huérfanas de sensatez, desiertas de sentido común, fanatizadas por miles de mentiras que están programados para repetir con la esperanza de que se conviertan en verdades. Pero eso jamás sucederá, porque la verdad es una e inmutable, y por más que se esfuercen los hijos del padre de la mentira y por más dinero y odio que inculquen, la verdad, como Dios, es una, absoluta, inmutable e imperecedera, y es cualidad inherente a su ser prevalecer, y prevalecerá.
Europa empieza a despertar (#ChalecosAmarillos), países europeos invadidos por hordas de musulmanes que no vienen a trabajar, porque aquí no hay trabajo y trabajar “no es su cultura”, se hartan de que estos parásitos vivan a costa del sudor de su frente, de que sus políticos traidores les roben para mantener a quien viene a agredirles, someterles, destruir su cultura e imponer una ley bárbara, absurda, incivilizada, misógina, inhumana, atrasada, brutal: la sharía. La marca y prueba de su guerra de conquista no son sólo los numerosos “casos aislados” de terrorismo, agresión, asesinato, ataques con ácido, robos… son los centenares de miles de violaciones a mujeres, niños (y hasta hombres) propias del bárbaro conquistador; sus continuas “exigencias” de derechos que se arrogan cuando –injustamente- no se les exige deber alguno; los masivos rezos en nuestros espacios públicos, como mera ostentación de poder, cuando disponen de innumerables mezquitas que los “aliados” millonarios y despoblados pueblos saudíes –QUE NO ACOJEN A UNO SOLO DE SUS HERMANOS DE FE- pagan y siembran por todo occidente. Mezquitas donde se adoctrina a estos violentos analfabetos en la más radical versión del Islam (el wahabismo) y la incitación al odio y agresión al europeo y al cristianismo.
Pero el despertar de España no puede permitirse, es muy peligroso. Como ya he dicho –y me reafirmo- el pueblo español unido es invencible; y el cainita español solo se une para hacer frente al enemigo común, al invasor. Por eso hay que alentar el separatismo, por eso es tolerado por nuestros políticos títeres y financiado por los psicópatas que pretenden la destrucción de las naciones. Los mismos psicópatas que azuzan la división ficticia izquierda/derecha, para que, como en el célebre cuadro del maestro Goya, sigamos a garrotazos, mientras nuestro gobierno traidor y sus FFAA y FFSS cipayas, sigan colaborando a la invasión de la patria. Si los catalanes lograsen la independencia, se encontrarían de facto con un califato; sus mascotas serían prohibidas, su inmensa industria porcina eliminada por “impura”, sus mujeres ocultadas tras velos (sí, en el caso de algunas que a todos nos vienen a la mente, eso sería una bendición, pero no es la cuestión). Y ¿dónde están ahora esos “aguerridos gudaris” que echaban al “invasor español” a bombazos y cobardes tiros en la nuca, de su “patria vasca”, mientras miles de sus mujeres son violadas por verdaderos extranjeros invasores?... Yo se lo diré, obedeciendo a la CIA, como siempre.
Todo es un teatro macabro, una farsa para dividirnos y enfrentarnos hasta que se alcance esa masa crítica de violentos invasores que sea capaz de aniquilar al español. Porque si el español despierta, se alzará contra la tiranía y –como ya hizo en el pasado- arrastrará con su ejemplo de coraje y lucha al resto de Europa, y de nuevo evitará que esa psicopatocracia usurera, implante un gobierno mundial que esclavice a todo pueblo que no sea el suyo, “el elegido”.
España echó al invasor con su épica Reconquista y, venciendo en Lepanto, evitó que el musulmán aliado con los ingleses y su banca judía, conquistase Europa; España se levantó contra Napoleón y fue ejemplo a seguir por los países que se habían doblegado al tirano que la masónica y genocida Revolución Francesa erigió para someter al mundo, hasta que el mismo tirano se volvió contra ellos consciente de su inabarcable iniquidad. Media España se alzó y venció al traidor masón que había decidido entregar nuestra patria a la dictadura judeobolchevique, y así  evitó que el comunismo esclavista se impusiese en Europa. Los psicópatas tuvieron que retrasar sus planes porque no se nos puso en los cojones ser un satélite de un régimen criminal y esclavista ideado por el judío Kissel Mordekay (más conocido como Marx) por encargo y pago de los banqueros sionistas. Régimen genocida impuesto a sangre y fuego en Rusia sobre la sangre de millones de cristianos rusos por los judíos Vladimir Illich Ulianov (alias Lenin), Lev Davidovich Bronstein (alias TrotsKy) y todo ese politburó judeobolchevique pagado por el sionismo mundial.
Hoy nos traen el genocidio y nuestra aniquilación bajo los disfraces de “derecho a” y “humanitarismo”; la esclavitud vestida de “globalismo”; la censura absoluta sibilinamente camuflada como: “racismo, fascismo, xenofobia, homofobia, delito de odio, machismo, heteropatriarcado”… y sobre todo “antisemitismo”.
¡Basta de censura! ¡Abajo la dictadura! Pongamos fin al  latrocinio, robo, corrupción… ¡Paremos esta  invasión!
Dejad, cretinos, de pelear contra vuestros propios hermanos en defensa de falsos derechos absurdos, creados para manipularos y despistaros; dejad de perder energía en defensa de naciones que jamás han existido. Dejad, estúpidos, de hacer el caldo gordo a quienes solo quieren expoliarnos y después aniquilarnos.
¡No tenéis derecho a entregar la tierra y dilapidar el legado histórico y cultural heredado! ¡No tenéis derecho a condenar a vuestros hijos y nietos a la esclavitud! ¡No tenéis derecho!
España, despierta, únete y lucha; o muere y desaparece en el mar de tu miseria moral y tu cobardía.

Chía