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OPORTUNIDAD JUVENIL. Por Pablo Gómez

 
Tras más de dos meses de arresto domiciliario y lo que nos queda, quería dirigirme a toda esa juventud que se preocupa por los problemas de nuestra patria, que en estos momentos se encuentra en un periodo de decadencia descomunal. Tras más de dos meses encerrados en esta cárcel, espero que todos los jóvenes hayan podido recapacitar y cosechar fuerza, porque cuando acabe esto y nos dejen salir al patio de la cárcel, es nuestro momento.


Es el momento de todos esos jóvenes que llevamos tiempo formándonos e intentado combatir contra este sistema “democrático”, contra este régimen absurdo del 78, contra esta siniestra Unión Europea que no trae más que desgracias a España… Pero sobre todo es el momento de todos aquellos jóvenes que no han abandonado sus valores (la lealtad y el honor a su pueblo) y tienen intacta esa vitalidad que nos caracteriza a toda esa juventud revolucionaria. 

Tal vez muchos no coincidís conmigo en mis afirmaciones, pero actualmente el desencanto que se está produciendo entre la población tiene que ser un caldo de cultivo para nosotros, ya que mucha gente, abre los oídos en estas situaciones y empiezan a darse cuenta de la realidad. Por estas razones somos los jóvenes, los que nos tenemos que encargar de divulgar nuestros pensamientos de una manera u otra, ya sea escribiendo, haciendo activismo en las calles, difundiendo nuestro mensaje o cualquier otra actividad en la que plasmemos nuestra doctrina revolucionaria, ardiente y combativa nacionalsindicalista. Esa doctrina a la que se la crítica y se la juzga como algo que se estancó en el pasado y que no tiene cabida en esta sociedad.

Por eso, los jóvenes tenemos que afirmar que se equivocan, que esta doctrina que defendemos, como bien he dicho, es revolucionaria, que se fija en el pasado sí, pero para aprender de nuestros errores como empresa conjunta y así no volver a cometerlos en un futuro (que realmente es por lo que estamos luchando, por el futuro de España), cosa que ningún “partido político” (entre comillas debido a que la patria es una unidad total que no entiende de partidos) a manos de este sistema ha sido capaz de lograr, en virtud que han interpuesto sus intereses individualistas por encima que los de nuestro pueblo y su futuro y han especulado con nuestra miseria. Por eso mismo, ante estas situaciones, los jóvenes que aman a España y la defienden en las calles y dónde sea necesario (amar a España no es llevar una pulsera, ni defenderla frente al televisor de tu hermoso chalet), tenemos que estar más unidos que nunca, porque “la esencia de nuestro movimiento es la unidad”. Dicho esto, espero que nos sirva para tomar ejemplo.

¡ARRIBA ESPAÑA!


Pablo Gómez

España no está muerta. Por Pablo Gómez

 

España está dormida dentro de un gélido invierno que tenemos que atravesar hasta llegar a la primavera, esa que no os quepa duda que tarde o temprano llegará mientras haya españoles dispuestos a entregar su vida por la patria.

Llevamos años en una decadencia continúa, con la pérdida de valores como son el honor o la lealtad por tu pueblo, valores que actualmente la sociedad de hoy en día no conoce, de ahí viene todo nuestro decrecimiento como nación y como empresa conjunta.


Tal vez muchos se preguntarán que quién tiene la culpa de toda nuestra caída o incluso algunos, con razón, arremeterán contra el poder, pero yo como adolescente, pienso que la culpa es nuestra (me incluyo).

Todos sabemos que desde hace años el poder en España es un juego, todos prometen y ninguno cumple. Por eso mismo la juventud nacional tiene que combatir, estar activa y no quedarse en el sofá de su casa jugando a las diversas tecnologías, mientras una minoritaria parte da la cara por ellos (eso sí, luego bien que defendéis a España, con la pulsera en la muñeca o subiendo fotos a las redes sociales), porque a España se la defiende en las calles o en donde sea necesario, mirando siempre los intereses de tu patria, el pan y la justicia  por encima del resto.

En estos casos, que desgraciadamente hoy se hacen más patentes que nunca, hemos de ambicionar las pautas que nos marcara Onésimo Redondo, y coincidir con él señalando:

"Urge una Revolución de contenido exclusivamente nacional. Revolución positiva, que forme una juventud y con ella una España fuerte y nueva bajo el signo de un idealismo patriótico y religioso.

Revolución destructora que despoje violentamente a los traidores del materialismo antiespañol hoy dominante, y sustituya el armazón burgués de la economía por una justicia sindicalista".

Con este pequeño fragmento que acabo de rescatar, no pretendo nada más que concienciar a los lectores, de que la juventud tiene que ser el pilar fundamental de la defensa de nuestra patria, mirando siempre el bien de la empresa conjunta y no de los individualismos de cada uno.

¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!


Pablo Gómez.