JOSÉ ANTONIO Y EL FASCISMO. Por Carlos Rodríguez

JOSÉ ANTONIO Y EL FASCISMO. Por Carlos Rodríguez

        Como adelantábamos en nuestro anterior texto sobre José Antonio y el Estado Totalitario (La luna y el dedo) JOSÉ ANTONIO Y EL ESTADO TOTALITARIO (LA LUNA Y EL DEDO). Carlos Rodríguez , en este otro trabajo vamos a reproducir literalmente parte de los textos cuyo autor es el fundador de La Falange en relación con el Fascismo.

      No tratamos de abrir ningún debate, no tratamos de aplicarnos ni de quitarnos etiquetas, sólo queremos dejar de manifiesto que no tenemos ningún complejo a la hora de conocer y reconocer la historia del Movimiento Nacional Sindicalista afirmándonos en sus pensamientos, sentimientos, símbolos y estética, siendo conscientes de que si importante es nuestro origen –de dónde venimos- más importante es nuestro destino –dónde vamos- siempre fieles a la Patria como Misión Histórica.



      Como decimos, serán literales las manifestaciones expresadas en comentarios orales y escritos sobre el Fascismo, solo aportaremos por nuestra parte, además de esta introducción, el comentario final y otros breves comentarios a modo de reflexiones e incluso de afirmación, sin que eso quiera declararse Fascista. El hecho de manifestarse antifascista, a nuestro entender es una clara señal de ignorancia por cómodo desconocimiento, o lo que es peor, un ejercicio de cinismo cobarde por ocultación.

      La historia se asume y nosotros además de asumirla estamos orgullosos de ella en su totalidad, aunque no exentos de crítica.

      El Nacional Sindicalismo descubre en los manuales del Fascismo la manera, igual que Italia, de encontrase a sí mismo, dominando el equilibrio y empezando a andar. Una vez que España domina sus pasos mediante el Nacional Sindicalismo, empieza a correr por sí misma a mediados de 1934 y ¿qué hay de malo en ello?. Como decía José Antonio, parafraseando a Mussolini, el Fascismo no es el final, es solo el origen, y el destino del Nacional Sindicalismo no es otro que conquistar una España Grande y Libre, donde todos los españoles tengan Patria, Pan y Justicia desde su nacimiento hasta su muerte generación tras generación. Las similitudes, las diferencias y los encuentros y desencuentros son lo de menos, lo importante es que hemos encontrado la forma y el camino de la conquista; pero la verdad debe ser siempre entendida, contada y respetada.

DEL DISCURSO PRONUNCIADO EN CALLOSA DEL SEGURA (Alicante) EL 22 DE JULIO DE 1934 Y PUBLICADO EN EL DIARIO LA NACION EL DIA SIGUIENTE.

“…si por fascistas se entiende aquellos hombres que tienen una fe y una creencia en sí mismos y una fe y una creencia en su Patria, como algo superior a la suma de individuos, como una entidad con vida propia, independiente, y con una empresa universal que cumplir, efectivamente, lo somos. Pero rechazamos tal calificativo si se cree que para ser fascista basta la parte externa, los desfiles, los uniformes, los actos espectaculares más o menos decorativos. Por eso la salvación de España está en nosotros mismos directamente, sin mediaciones de los partidos políticos, ni de los diputados, ni de nadie más que nuestro esfuerzo y voluntad.
Termina diciendo que “se tacha de asesinos a unos hombres que no hacen otra cosa que predicar su amor a España; lo que sucede es que predicamos y encendemos ese amor, no de una manera blanda, suave, sino resuelta, enérgica y viril, estando dispuestos por ese amor a ofrecer el sacrificio de nuestra sangre”.
En aquellas fechas José Antonio era un hombre que tenía Fe y Creencia en sí mismo y en su Patria. Llevaba uniforme con distintivos y correaje y además pasaba revista a las centurias formadas militarmente y, por supuesto, no creía en la mediación de los partidos políticos ni de diputados.

¡El que quiera que saque consecuencias!-


DE LA ENTREVISTA EN BLANCO Y NEGRO 11 DE NOVIEMBRE DE 1934 –UN HOMBRE UN PARTIDO-

 “…Una nación es grande cuando traduce en la realidad la fuerza de su espíritu"; "la libertad no es un derecho, sino un deber"; "ante todo, el fascismo, en lo que se refiere, en general, al porvenir y al desarrollo de la Humanidad, y dejando aparte todas las consideraciones de política actual, no cree en la posibilidad ni en la utilidad de la paz perpetua”.
Más adelante, Primo de Rivera hace una pausa. Mira encima de la chimenea: hay un retrato de su padre; otro, dedicado, de Mussolini. Le ofrezco un cigarrillo, y me dice:
–Gracias. No fumo.”
 PROLOGO A “EL FASCISMO DE MUSSOLINI”.
DESPUÉS DE ENTREVISTARSE JOSÉ ANTONIO CON MUSSOLINI.

EN UNA TARDE DE OCTUBRE...
El hombre es el sistema, y ésta es una de las profundas verdades humanas que ha vuelto a poner en valor el fascismo. Todo el siglo XIX se gastó en idear máquinas de buen gobierno. Tanto vale como proponerse dar con la máquina de pensar o de amar. Ninguna cosa auténtica, eterna y difícil, como es el gobernar, se ha podido hacer a máquina; siempre ha tenido que recurrirse a última hora a aquello que, desde el origen del mundo, es el único aparato capaz de dirigir hombres: el hombre. Es decir, el jefe. El héroe.
Los enemigos del fascismo perciben esa verdad por el revés y hacen de ella argumento de ataque. "Sí –reconocen–; Italia ha ganado con el fascismo; pero, ¿y cuando muera Mussolini"? Creen dar con ello un golpe decisivo al sistema, como si hubiera sistema alguno que tuviese garantía para la eternidad. Y, sin embargo, es lo más probable que, cuando Mussolini muera, sobrevenga para Italia un momento de inquietud; pero un momento sólo; el sistema producirá –con alumbramiento más o menos laborioso– otro jefe. Y este jefe volverá a encarnar el sistema para muchos años. Mas él –Duce, conductor– seguirá la fe de su pueblo en comunicación de hombre a hombre, en esa forma de comunicación elemental, humana y eterna que ha dejado su rastro por todos los caminos de la Historia.
Yo he visto de cerca a Mussolini, una tarde de octubre de 1933, en el Palacio de Venecia, en Roma. Aquella entrevista me hizo entrever mejor el fascismo de Italia que la lectura de muchos libros.
Eran las seis y media de la tarde. No había en el Palacio de Venecia el menor asomo de ajetreo. A la puerta, dos milicianos y un portero pacífico. Se dijera que el penetrar en el Palacio donde trabaja Mussolini es más fácil que tener acceso a cualquier Gobierno Civil. Apenas enseñé al portero el oficio donde se me citaba, me hizo llegar –por anchas escaleras silenciosas– a la antesala de Mussolini. Tres o cuatro minutos después se abrió la puerta. Mussolini trabaja en un salón inmenso, de mármol, sin muebles apenas. Allá, en una esquina, al otro extremo de la puerta de entrada, estaba tras de su mesa de trabajo. Se le veía de lejos, solo en la inmensidad del salón. Con saludo romano y una sonrisa abierta me invitó a que me acercara. Avancé no sé cuánto rato. Y, sentados los dos, el Duce empezó su coloquio conmigo.
Yo le había visto en audiencia rituaria, años antes, cuando fui recibido con varios alumnos de la Universidad de Madrid. Aparte, como todos los habitantes del mundo, le conocía por los retratos: casi siempre en actitud militar, de saludo o de arenga. Pero el Duce del Palacio de Venecia era otro distinto: con plata en el pelo; con un aire sutil de cansancio; con cierto pulcro descuido en su ropa civil. No era el jefe de las arengas, sino el de la maravillosa serenidad. Hablaba lentamente, articulando todas las sílabas. Tuvo que dar una orden por teléfono, y la dio en el tono más tranquilo, sin poner en la voz el menor asomo autoritario. A veces, cuando alguna de mis palabras le sorprendía, echaba la cabeza atrás, abría los ojos desmesuradamente y, por un instante, mostraba, rodeadas de blanco, sus pupilas oscuras. Otras veces sonreía con calma. Era notable su actitud para escuchar.
Hablamos cosa de media hora. Luego me acompañó hasta la puerta a través del inmenso salón. No es de gran estatura; ya no tiene, si alguna vez la tuvo, la erguida apostura de un jefe de milicias; antes bien, su espalda empieza a encorvarse ligeramente. Al llegar los dos a la puerta, me dijo con una calma paternal, sin sombra de énfasis:
–Le deseo las mejores cosas, para usted y para España.
Luego se volvió hacia su mesa, despacio, a reanudar la tarea en silencio. Eran las siete de la tarde. Roma, acabadas las faenas del día, se derramaba por las calles bajo la tibia noche. El Coso era todo movimiento y charla, como la calle de Alcalá hacia esas horas. La gente entraba en los cafés y en los cinematógrafos. Se dijera que sólo el Duce permanecía, laborioso, junto a su lámpara, en el rincón de una inmensa sala vacía, velando por su pueblo, por Italia, a la que escuchaba palpitar desde allí como a una hija pequeña.
¿Qué aparato de gobernar, qué sistemas de pesos y balanzas, consejos y asambleas puede reemplazar a esa imagen del Héroe hecho Padre, que vigila junto a una lucecita perenne el afán y el descanso de su pueblo?

CARTA ABIERTA A JUAN IGNACIO LUCA DE TENA, DIRECTOR DEL DIARIO ABC, PUBLICADO EN DICHO PERIODICO EL 22 DE MARZO DE 1933.

“…El fascismo no es una táctica –la violencia–. Es una idea –la unidad–. Frente al marxismo, que afirma como dogma la lucha de clases, y frente al liberalismo, que exige como mecánica la lucha de partidos, el fascismo sostiene que hay algo sobre los partidos y sobre las clases, algo de naturaleza permanente, trascendente, suprema: la unidad histórica llamada Patria. La Patria, que no es meramente el territorio donde se despedazan –aunque sólo sea con las armas de la injuria– varios partidos rivales ganosos todos del Poder. Ni el campo indiferente en que se desarrolla la eterna pugna entre la burguesía, que trata de explotar a un proletariado, y un proletariado, que trata de tiranizar a una burguesía. Sino la unidad entrañable de todos al servicio de una misión histórica, de un supremo destino común, que asigna a cada cual su tarea, sus derechos y sus sacrificios.
En un Estado fascista no triunfa la clase más fuerte ni el partido más numeroso –que no por ser más numeroso ha de tener siempre razón, aunque otra cosa diga un sufragismo estúpido–, que triunfa el principio ordenado común a todos, el pensamiento nacional constante, del que el Estado es órgano.
Más adelante…… Si algo merece llamarse de veras un Estado de trabajadores, es el Estado fascista. Por eso, en el Estado fascista –y ya lo llegarán a saber los obreros, pese a quien pese– los sindicatos de trabajadores se elevan a la directa dignidad de órganos del Estado”.

DE LA CARTA A JULIAN PEMARTIN DE 2 DE ABRIL DE 1933.
- Para los ignorantes que tachan de anticatólico al Fascismo y a Mussolini-

      “…Al fascismo, que en Italia, después de noventa años de masonería liberal, ha restablecido en las escuelas el crucifijo y la enseñanza religiosa. Comprendo la inquietud en países protestantes, donde pudiera haber pugna entre la tradición religiosa nacional y el fervor católico de una minoría. Pero, en España, ¿a qué puede conducir la exaltación de lo genuino nacional sino a encontrar las constantes católicas de nuestra misión en el mundo?”

DE LAS DECLARACIONES DE JOSE ANTONIO EN EL “AHORA” DE 16 DE FEBRERO DE 1934.

Tal vez no sea fácil, y por ello la obra resulta más atractiva. Pero al final lo entenderán. Frente a nuestro movimiento toda la táctica que se sigue es de deformación. ¡Nadie lo combate de frente; no hay un solo periódico antifascista que tenga la lealtad de combatir al fascismo de frente, sino que lo desfiguran diciendo que es un movimiento de opresión para los obreros! Toda persona medianamente culta sabe que no es eso, sino más bien todo lo contrario….

Más adelante…” a todos los partidos populistas les pasa lo que a la leche esterilizada, que a fuerza de no tener microbios no tiene vitaminas. No representan el peligro que la experiencia fascista lleva en sí, pero no tienen tampoco nuestra fuerza espiritual ni la de los socialistas”

Más adelante El fascismo aspira a la grandeza nacional; pero uno de los escalones de esta grandeza es el mejoramiento material del pueblo. Lo social es una aspiración interesante aun para mentalidades elementales; pero, además, lo nacional es asequible a mucha más gente de lo que se cree. Todo socialista español lleva dentro un nacionalista”.


DEL DISCURO PRONUNCIADO EN EL TEATRO CALDERON DE VALLADOLID EL DIA 4 DE MARZO DE 1934.

Hemos preferido salirnos de ese camino cómodo e irnos, como nos ha dicho nuestro camarada Ledesma, por el camino de la revolución, por el camino de otra revolución, por el camino de la verdadera revolución. Porque todas las revoluciones han sido incompletas hasta ahora, en cuanto ninguna sirvió, juntas, a la idea nacional de la Patria y a la idea de la justicia social. Nosotros integramos estas dos cosas: la Patria y la justicia social, y resueltamente, categóricamente, sobre esos dos principios inconmovibles queremos hacer nuestra revolución.
Nos dicen que somos imitadores. Onésimo Redondo ya ha contestado a eso. Nos dicen que somos imitadores porque este movimiento nuestro, este movimiento de vuelta hacia las entrañas genuinas de España, es un movimiento que se ha producido antes en otros sitios. Italia, Alemania, se han vuelto hacia sí mismas en una actitud de desesperación para los mitos con que trataron de esterilizarlas; pero porque Italia y Alemania. se hayan vuelto hacia sí mismas y se hayan encontrado enteramente a sí mismas, ¿diremos que las imita España al buscarse a sí propia? Estos países dieron la vuelta sobre su propia autenticidad, y al hacerlo nosotros, también la autenticidad que encontraremos será la nuestra, no será la de Alemania ni la de Italia, y, por tanto, al reproducir lo hecho por los italianos o los alemanes seremos más españoles que lo hemos sido nunca.
Al camarada Onésimo Redondo yo le diría: No te preocupes mucho porque nos digan que imitamos. Si lográsemos desvanecer esa especie, ya nos inventarían otras. La fuente de la insidia es inagotable. Dejemos que nos digan que imitamos a los fascistas. Después de todo, en el fascismo como en los movimientos de todas las épocas, hay por debajo de las características locales, unas constantes, que son patrimonio de todo espíritu humano y que en todas partes son las mismas”.

DE LA CONTESTACION DE JOSE ANTONIO A INDALECIO PRIETO EL 3 DE JULIO DE 1934.

Pero porque resulta que nosotros hemos venido a salir al mundo en ocasiones en que en el mundo prevalece el fascismo –y esto le aseguro al señor Prieto que más nos perjudica que nos favorece–; porque resulta que el fascismo tiene una serie de accidentes externos intercambiables, que no queremos para nada asumir; la gente, poco propicia a hacer distinciones delicadas, nos echa encima todos los atributos del fascismo, sin ver que nosotros sólo hemos asumido del fascismo aquellas esencias de valor permanente que también habéis asumido vosotros, los que llaman los hombres del bienio; porque lo que caracteriza al período de vuestro Gobierno es que, en vez de tomar la actitud liberal bobalicona de que al Estado le da todo lo mismo, de que al Estado puede estar con los brazos cruzados en todos los momentos a ver cuál es el que trepa mejor a la cucaña y se lleva el premio contra el Estado mismo; vosotros tenéis un sentido del Estado que imponéis enérgicamente. Ese sentido del Estado, ese sentido de creer que el Estado tiene algo que hacer y algo que creer, es lo que tiene de contenido permanente el fascismo, y eso puede muy bien desligarse de todos los alifafes, de todos los accidentes y de todas las galanuras del fascismo, en el cual hay unos que me gustan y otros que no me gustan nada”.
Está claro, en unas cosas de acuerdo, en otras no, entonces ¿por qué esta manía antifascista?.

NOTA DE PRENSA REDACTADA POR JOSE ANTONIO EL 19 DE DICIEMBRE DE 1934.

La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de las J.0.N.S., se disponía acudir a cierto Congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreux es totalmente falsa. El jefe de la Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación por entender que el genuino carácter nacional del Movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional.
Por otra parte, la Falange Española de las J.0.N.S. no es un movimiento fascista, tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de volar universal; pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar precisamente por ese camino sus posibilidades más fecundas
En esta última nota queda latente que la idea de la Falange se enfrenta a toda clase de internacionalismos “ni aislados ni dirigidos” y que debido a su carácter nacional español busca trayectorias genuinamente españolas, pero en ningún texto de José Antonio ni del resto de los pensadores y fundadores del Nacional Sindicalismo existen criticas contrarias a los fascismos, al contrario, los admiran por su fervor Nacional Patriótico y por su implantación de un estado servidor de la Patria, repleto de Justicia Social. Queda claro que el Fascismo para el Nacional Sindicalismo es una inspiración, pero nunca una imitación. Por lo que declararse antifascista, sin más, es una solemne tontería.

DEL DISCURSO PRONUNCIADO EN EL TEATRO CALDERÓN DE VALLADOLID EL 3 DE MARZO DE 1935.

“Hay naciones que han encontrado dictadores geniales, que han servido para sustituir al Estado; pero esto es inimitable y en España, hoy por hoy, tendremos que esperar a que surja ese genio. Ejemplo de lo que se llama Estado totalitario son Alemania e Italia, y notad que no sólo no son similares, sino que son opuestos radicalmente entre sí; arrancan de puntos opuestos. El de Alemania arranca de la capacidad de fe de un pueblo en su instinto racial. El pueblo alemán está en el paroxismo de sí mismo; Alemania vive una superdemocracia. Roma, en cambio, pasa por la experiencia de poseer un genio de mente clásica, que quiere configurar un pueblo desde arriba. El movimiento alemán es de tipo romántico; su rumbo, el de siempre; de allí partió la Reforma e incluso la Revolución francesa, pues la declaración de los derechos del hombre es copia calcada de las Constituciones norteamericanas, hijas del pensamiento protestante alemán.”

Como se puede apreciar, José Antonio no ve una forma de estado totalitario, distingue que hay muchas formas de totalitarismo estatal. El que procura el Fundador para España es el Estado Totalitario Sindical. También es de resaltar que José Antonio define el totalitarismo alemán como una súper democracia por ser de instinto racial y es que todo está claro: El concepto Pueblo, equiparable a Etnia y cada Etnia tiene características raciales propias y diferenciadoras.

Es José Antonio el que da esta demostración de realidad, de altura y de inteligencia.

Nosotros (Sindicato TNS) no añadimos nada, solo transcribimos los textos de José Antonio. En este, en concreto, llama genios a Adolfo y a Benito y espera que nazca un genio así para España. Repetimos, no lo decimos nosotros lo dice el Fundador de La Falange. La verdad es la verdad.

DEL ARTICULO PUBLICADO EN ARRIBA, Nº 22, DE 9 DE DICIEMBRE DE 1935.

“¡Trabajadores alerta!". El comunismo y todo el movimiento internacionalista tratan de especular con las masas obreras. Con los mismo tópicos que en 1914 –libertad, democracia y progreso- intentan arruinar al estado en beneficio del que paga: Rusia. Las concentraciones populares antifascistas son los taparrabos de los apetitos de Moscú”….

Hoy ya no paga Moscú, los que pagan a los antifascistas son las democracias, y si  no que se lo pregunten al paniaguado de Esteban Ibarra.

CONCLUSIONES:

Se diga lo que se quiera decir, el Fascismo trajo avances sociales y prosperidad, y no sólo en Europa, también en todo el mundo, que dieron lugar a Estados Prósperos y Sociales al ser asumidos muchos de sus logros por los respectivas gobiernos, otra cosa es que todo esto no se reconozca.

Desde nuestro punto de vista, declararse antifascista, no solo los Nacional Sindicalistas, también la mayoría de los que así lo hacen, es producto del desconocimiento total del Fascismo, además de buscarse un salvoconducto “progre-demócrata” -que raya con lo ñoño- para asegurarse un cómodo acoplamiento dentro de un sistema que ha destrozado a España como Patria, Nación y Estado dejándola a la deriva de las estúpidas urnas.

De la misma manera que José Antonio admira a los fascismos porque han logrado que sus Naciones se vuelvan sobre sí mismas para encontrarse en la inmensidad universal de su Misión Histórica, la autenticidad, que encontremos será la nuestra, “seremos más españoles que nunca”, los Nacional Sindicalistas, los Falangistas, también tenemos que volvernos sobre nosotros mismos para ser más Nacional Sindicalistas que nunca y más Falangistas que nunca.

Pero de eso a iniciar un debate parlamentarista sobre la inspiración e influencias del fascismo en el Nacional Sindicalismo, además de demostrar un desconocimiento sobre el Fascismo, como hemos citado antes, también demostraría un desconocimiento supino del Nacional Sindicalismo, no sólo porque hubo influencias manifiestas y hasta admiración, en y por nuestros Fundadores, sino también porque los parlamentarismos, además de no servir para nada, se usan para disimular una actitud pasiva de indiferencia a la hora de acometer los problemas de la Patria, además de que darían lugar a estúpidos sufragios, como decía José Antonio.

Como hemos mencionado al final del prólogo de este escrito, estamos críticamente orgullosos de la historia del movimiento Nacional Sindicalista, y por tener inspiración y coincidencias en el fascismo no debemos someternos a la desinfección de un democrático botafumeiro, entre otras cosas porque el fascismo también tenía la fragancia del Patriótico sudor del trabajo.

España e Italia, dos Naciones con ansias de Justicia Social, hermanadas en la espiritualidad de la religión y cultura católica.



Carlos Rodríguez. Jefe Nacional del Sindicato TNS