Periodistas o parásitos Por Simón de Monfort

Periodistas o parásitos Por Simón de Monfort


Durante estos meses en Iraq y Siria he podido conocer, como nunca, todo tipo de periodistas. Antes pensaba que los periodistas eran mercenarios de la información que trataban de vender "noticias" no al gusto del consumidor, sino de quién les paga. Intereses políticos y de todo tipo detrás de la caja para comprar lo que les interesa difundir. Tras tratar de primera mano a muchos profesionales, he de reconocer que hay quién de verdad puede calificarse de Periodista, y quién a modo de buscavidas trata de ganarse el pan parasitando noticias de internet o engañando a personas para, tras largas entrevistas, recortar y manipular a su gusto.
No se trata de que quién te halaga sea calificado de "bueno" y quién te crítica de "malo". Se trata de diferenciar el periodista, que como el filósofo es quién "busca o ama" el conocimiento, de quien no lo es aunque se presente como tal. El periodista es quién busca la noticia y ama su profesión, y la defiende del intrusismo de fracasados de la vida con afán de etiquetarse como periodistas. Hay profesionales que pisan el terreno, que aprenden los idiomas del lugar, conocen de historia y geografía de la zona, antropología y todo aquello que le ayuda a entender el porqué de los hechos. Son personas intelectualmente preparadas y, con independencia de sus orientaciones políticas, saben reconocer y valorar las cosas importantes de la basura,…por más que haya un mercado de basura, ellos no entran a ese terreno. Respetan las fuentes, ganan prestigio y respeto incluso de aquellos a quienes puedan criticar. Esos periodistas que he visto entrevistar a nuestros mandos, visitar los frentes y ver de primera mano nuestra labor y prestigio. Esos periodistas que te anticipan cosas y demuestran conocer detalles cercanos, nombres de dirigentes, noticias del lugar con poca notoriedad y que sólo alguien bien instruido pudiera conocer.

Por otro lado andan los buscavidas, fracasados limitados intelectualmente y que aspiran a un protagonismo al precio que sea. Parasitan las redes pues el presupuesto no les da para ir al terreno, no contrastan ni verifican nada, repitiendo como loros, como sí de verdades se tratara, escritos incluso de foros o páginas marginales. Su único afán es el tratar de ganarse cuatro monedas con las que pagar sus vicios, no tienen moral y carecen de profesionalidad, todo vale y es justificado para su meta. Sin principios, sin profesionalidad y sin prestigio alguno, sólo les mueve su hambre de sensacionalismo y el vender su producto al mejor postor. 
Muchas veces, la mayoría sólo les compran esas malas noticias medios radicales, otras son capaces de colocarlas en algún medio de más prestigio, que no ha deparado en contrastar nada, o que necesitan paja para llenar alguna página. 
Está claro quién de entre los conocidos engloba la lista de los parásitos el tal Barber y el cocainómano Cantarero. Ni los he visto por aquí ni se les espera, pero son capaces de sonsacar y manipular basura de facebooks o foros de marginales y asociales para sus vomitivos trabajos. Su trabajo les califica y a pocos engañan. Esperemos que con lo que sacan de vender basura puedan pagarse curas de desintoxicación o pagar sus hipotecas... 
Por otro lado, periodistas de prestigio, reconocidos y otros casi en el anonimato por su juventud o por pertenecer a medios más modestos, pero que tratan de hacer una labor informativa, de servicio público, a la vez que respetan los límites de la confidencialidad, la moral y valorando y diferenciando lo que es noticia de lo que es basura. 
Esos periodistas que contrastan y valoran de verdad, que pisan el terreno y se informan de primera mano, aún desde la crítica que puedan hacer, serán siempre respetados y valorados. Francisco Carrión, Garitano,.., Periodistas con mayúsculas que saben de su trabajo, aman su profesión y están cualificados intelectualmente, respetan y se hacen respetar a pesar de su juventud. 
Mi respeto pues a estos, y mi desprecio a los otros. Que cada cual saque sus conclusiones. La lástima es que haya gente que se deje engañar, gente aún más limitada que estos inútiles parásitos.


Simón de Monfort     
(Desde el frente de batalla, en la lucha contra el DAESH) 

Aquí tienes su página de Facebook desde la que narra su gesta