El amor. Por Simón de Monfort

El amor. Por Simón de Monfort


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Sí, ya está bien de reflexiones sobre la muerte, la milicia o la guerra. Faltaba una reflexión sobre el amor, esa energía que mueve el mundo y alimenta las almas. No en vano Dios mostró a los hombres el camino de salvación y santidad, no a través del miedo al castigo, sino por el amor a Dios y de Dios, y el peor de los castigos, no lo es tanto el de "sentido" soportando sufrimientos, sino el de "pena" sintiendo la amargura de la separación de Dios. 
Pero no voy a ir por los derroteros de la teología, dada mi ignorancia y simpleza de Fe, de la que me siento un aprendiz y para nada maestro. Tampoco es que sea ningún avanzado en temas de amor, pero quisiera exponer algunas pinceladas de lo que creo que es el amor.
El primer amor que conocemos es el de nuestra madre, ese amor primero y desinteresado de quién nos da la vida y es capaz de morir y matar por nuestro bienestar. Inmediatamente acompañado del amor paterno, quién sabe lo que es el sacrificio, el trabajo y la responsabilidad de ser padre. Qué pena quien atenta contra las dos fuentes primeras de amor que surge de la Familia. Quienes torpedean a ésta tratando de edulcorar o directamente destruir sus pilares, merecen el peor de los castigos. También que pena aquellos que engañan a esas mujeres en dificultades, para que asesinen a sus hijos en el propio seno, despojando a esas criaturas del amor materno, y a esas madres de lo más querido que pueden tener, que es su hijo.
Con la adolescencia surgen los primeros amores interesados, llevados por las hormonas y no por el corazón, manejadas emocionalmente que desestabilizan o apacientan deseos más que sentimientos, pero que se confunden unos y otros por la ceguedad de la ignorancia.
Llega luego ese fuego que prende con más solidez y al que nos entregamos con un destino común, ilusiones, metas, entrega, sufrimientos y alegrías compartidas. Eso que Dios ha unido y el hombre no debiera separar, es atacado por el enemigo del amor, el Rey de la mentira alimenta todo tipo de tentaciones, malos sentimientos, odios, egoísmos, celos insanos, etc, tratando de destruir lo que el amor ha conformado. Muchas veces lo consigue, y el Mundo, el Demonio y la Carne actúan aliados para vencer y destruir esa obra maestra.
El amor a los hijos es de los más puros, desinteresados y grandes que se puede sentir. Cualquier padre daría su vida mil veces por sus hijos, y aunque en la niñez o juventud esos hijos no sepan apreciar tamaño sentimiento , cuando crecen, la mayoría de las veces alcanzan, más tarde que pronto, a comprender de que se trata.
Y luego está el amor por los amigos, el amor a la Patria, a tu tierra, tus tradiciones, tus ideales etc, son amores que complementan, pues de alguna forma, sustentan los otros.
Pobres de aquellos carentes de amores similares, pobres aquellos que en lugar de ser alimentados por el amor son alimentados por el odio. Hay gente que odia a los suyos, que odia su Patria, que odia la Fe de los otros por la envidia de no gozarla, gente que odia al diferente, que odia a quién le contradice, personas que odian a Dios mismo por el rencor de sentirse incapaces de amar, el odio apaga el amor como el agua al fuego.
No hay más que esos dos motores en la vida, el amor o el odio. Y queda claro que los que en estas filas combatimos, lo hacemos generalmente movidos por el amor, el amor a los perseguidos, el amor a la justicia, el amor a la libertad, incluso el amor a una revolución soñada... Pero no faltan tampoco en nuestras filas quienes son movidos por el odio y no por el amor.
Enfrente está claro, y por sus obras lo constatamos, que sólo el motor del odio puede mover tanta bestialidad. Odio a otras culturas, etnias, religiones e ideas. Quiero pensar que pueda haber gente movida por otros sentimientos, pero todavía no los he encontrado.
Es por ello que podemos ponernos de acuerdo gente de tan dispares creencias, nacionalidades, ideas o principios. Pues generalmente la mayoría son movidos por amor, y con ese motor el respeto, la tolerancia y la convivencia se hace posible. Aunque no faltan elementos asociales, cargados de odio y rencor con la vida misma, que tratan de destruir en lugar de construir, que tratan de imponer en lugar de respetar, y que en fin, no se diferencian mucho de los que tenemos enfrente. Por suerte son los menos y además están controlados.
Los que por encima de cualquier otro, incluso de los más profundos, tenemos el amor a Dios como el principal e indiscutible, gozamos de la confianza de que nunca nos fallará. No es un amor corruptible o pasajero, tampoco un amor susceptible de ser perdido por alguna desgracia, ese amor nunca falla ni falta.
Estamos rodeados de amor, de todos ellos. En la distancia además se fortalecen los lazos. Comprobamos como compañeros nuestros muestran cada momento el amor a su pareja, e incluso en las desgracias y problemas saben, que aún en la distancia se ríe y se llora juntos. La grandeza de la buena compañera que es capaz de sobrellevar cargas y problemas, apoyando la misión de su compañero viendo lo que otros necesitan de él, y no lo que por la distancia se le arrebata. El amor es desinteresado y complaciente, no es ni egoísta ni acaparador, el amor es la entrega absoluta y el apoyo incondicional.
Nuestro doctor salva vidas y se le necesita, ¡cuantás vidas no se salvarían sin el amor de una gran mujer capaz de sacrificar su falta y apoyar la labor que realiza!. Ejemplo de mujer española soporté y no carga, compañera, amiga y cómplice.
Rodeados, ya lo veis, no de muerte y destrucción, sino de amor, no hay distancias para el amor. Cada cual carga con él y cada cual contamina con él. Ideales, personas, sentimientos y creencias, todo impregnado del amor que todos llevamos dentro y del que tratamos ser paladines, con ese amor y no con nuestras armas es como venceremos a los malos, pues podrán éstos matar nuestros cuerpos, pero no nuestras almas; ni tampoco acabar con el amor sembrado, y cuyos frutos serán recogidos por los que gocen de La Paz que llega.
Paz y amor compañeros.


Simón de Monfort
Simón de Monfort     
(Desde el frente de batalla, en la lucha contra el DAESH) 

Aquí tienes su página de Facebook desde la que narra su gesta