AL ANDALUS. Eduardo Gª Serrano. (Editorial Radio Intercontinental)

El yihadismo ha desencadenado una nueva ofensiva en el Magreb con la intención de exigir a los gobiernos de la zona que es, por así decirlo, la más occidentalizada de esa nación espiritual que es el Islam, que se ciñan escrupulosamente a los preceptos del rigorismo musulmán. Y tras las masacres de Argel y de Casablanca Al Qaida, que ha reivindicado el terror y la sangre en Argelia y Marruecos, vuelve a jurar que liberará Al Andalus.
Nos enfrentamos a dos tipos de fanatismo. Uno fuerte y el otro blando. Uno exterior y el otro interior. El fanatismo islámico, cuyo líder espiritual y moral, político y militar es Ben Laden, y el fanatismo blando de España, muy en particular, y de Europa en general.
El fanatismo de la tolerancia que nos hace prisioneros de esa tolerancia mal entendida y, por ende, victimas y rehenes del fanatismo islámico. Por eso, cuando el Islam civilizado nos habla con la elaborada cortesía con la que la serpiente se dirige al conejo que ya contempla como su cena, nosotros tolerantes españoles, tolerantes europeos, les dejamos que nos llenen Europa de mezquitas en las que adoctrinan a sus guerreros yihadistas, y les prometemos la integración de Turquía en la U.E. para reforzar, aun más si cabe, con ese caballo de Troya que guarda en su panza más de 80 millones de musulmanes, el incontable numero de islamistas que ya campan por sus fueros en territorio europeo. En la vieja Europa que hoy es victima de uno de los mas antiguos y peligrosos mitos: la hipertrofia de la egomanía del bello Narciso y que en España alcanza niveles de pandemia pues nadie hoy, en nuestra Patria, tiene un propósito mayor que su propio yo.
Por eso no veo más que la derrota en todas las líneas del rostro de Europa. Por eso y porque en España, país clave para el panislamismo yihadista, nadie quiere atender al esquema ordenado del universo discernible que nos enseña qué y quiénes somos, de dónde venimos y a quién le debemos lo que hoy somos y lo que hoy tenemos: a los hombres de Europa, muchísimos de ellos españoles, que amaban más el honor que el dinero y la libertad de las generaciones que aún no habían nacido que su propia comodidad y conveniencia coyuntural, y que fueron capaces de luchar primero contra el Oriente asiático, y después contra el Oriente musulmán desde las Termópilas a Covadonga. Ellos fueron tan grandes porque fueron muy valientes. Nosotros, no. Nosotros somos muy pequeños, muy ricos y muy tolerantes.
Al Qaida jura liberar Al Andalus y aquí nadie, y aun menos Canal Sur TV, empeñada en islamizar Andalucía, es capaz de responder siquiera que Andalus no es un arabismo sino la degeneración fonética de Vándalus (vándalo) pueblo germánico oriundo del Báltico que en el siglo V, junto a suevos y alanos, cruzó los Pirineos, pasó el Estrecho y adoptó Cartago como capital. Nadie es capaz de enseñar que la típica casa andaluza deriva de la villa romana, de la domus romana, al igual que los celebres sistemas de regadío de la Bética.
Nadie y aun menos Canal Sur TV, porque para todos ellos España y su historia comienzan en el 711 con la invasión musulmana de la Península y la Alianza de Civilizaciones que Tarik traía en el filo de su espada. La misma Alianza de Civilizaciones que ZP vocea para regocijo de todo el Islam desde Estambul al África subsahariana.

Eduardo García Serrano