Una de cristianos, por Simón de Monfort

Una de cristianos, por Simón de Monfort
Ahora, todos somos Orlando. Tras el atentado y asesinato islamista de Orlando, la comunidad internacional se solidariza con las víctimas. Efectivamente, el radicalismo islámico trata de ser juez y ejecutor de los demás. 

Como cristiano no puedo aceptar la homosexualidad como una opción más, y condeno su práctica por aberrante y antinatural,  condena de la homosexualidad pero no del homosexual, que como persona merece todo mi respeto y afecto. Una cosa es detestar el pecado y otra al pecador, todos somos en una u otra medida pecadores, y todos aspiramos a la misericordia divina y la de los semejantes. 

Esa es la gran diferencia entre el cristianismo y el islam, entre la religión del amor y el odio intrínseco de quienes siguen al asaltante de diligencias llamado Mohamed.

Por tanto, toda mi condolencia hacia las víctimas y sus allegados. Y la condena de tan bárbaro asesinato. Nuestro señor no quiere la muerte del pecador sino su conversión.

Tras lo cual, también manifiesto mi indignación por el doble rasero al que estamos acostumbrados tanto en la condena como en la cobertura en los medios de este tipo de hechos. Nuevamente, no son ni pueden ser más importantes cincuenta homosexuales asesinados por el odio islámico, que 148 víctimas cristianas asesinadas por Boko Haram... Y otros tantos crímenes contra la comunidad cristiana (Hermanas de Calcuta, cristianos asirios, yazidies…).

Creo que es el momento de que EE. UU. reconozca su error de apoyar el islamismo radical en Siria, Libia o Irak entre otros países, para derrocar regímenes políticos o influir geoestratégicamente en zonas donde poder expoliar recursos naturales.

Daesh, Al Nusra, Alqaeda y demás son tentáculos de un mismo monstruo que actúa internacionalmente. 

Cuando escucho las historias de los cristianos escapados de Mosul con los que convivo, se me pone la piel de gallina: asesinatos, secuestros, violaciones, humillaciones... tan sólo por ser cristianos.

Pero, claro, parece que es menos grave que si esos atropellos fuesen cometidos contra judíos, homosexuales o blanquitos de ciudades occidentales.  El doble rasero existe, y la hipocresía de utilizar ideológica y políticamente a las víctimas también.

Parece que la culpa de estas recientes muertes no es del islamismo radical alimentado por Occidente, sino del "heteropatriarcado" intrínseco también en el cristianismo según los ineptos marxistas. Acabarán teniendo la culpa de los crímenes islamistas los cristianos perseguidos... Eso sí, gobiernos traidores a la identidad cristiana de los españoles, como el PP, seguirán apostando por incentivar el islam en las aulas. 

Vienen elecciones y en conciencia tendremos que tirar nuestro voto a la basura al no encontrar políticos honestos que representen el sentir cristiano y español sin complejos.

Mientras el circo continúa, los cristianos seguirán dando la sangre por los pecados de todos.

Simón de Monfort   



(Desde el frente de batalla, en la lucha contra el DAESH)







Aquí tienes su página de Facebook desde la que narra su gesta