LOS BUFONES DE LA GUERRA. J.L. Antonaya
Los yanquis dejan la guerra "proxy" contra Rusia que iniciaron en Ucrania a partir del golpe de Estado del Maidan en 2014. Trump ha mandado a tomar por saco al pequeño cómico drogodependiente y ha dicho que ya vale de financiar una guerra que el Régimen de Kiev jamás podrá ganar. Que ahora lo que quiere es recuperar la pasta que puso. La Casa Blanca da por amortizado al payasete penepianista y le dice que empiece a soltar las tierras raras y que se deje de enviar ucranianos al matadero.
Las partitocracias europeas se han quedado colgadas de la brocha y no acaban de asimilar el cambio de rumbo de su amo trasatlántico. Y sin que nos expliquen sus turbias razones, han decidido continuar la guerra a toda costa. Suponemos que hay mucha mierda debajo de las alfombras de las ayudas militares, comisiones, contratos y demás chanchullos.
Y como esos perros pequeños que no son conscientes de su tamaño y se ponen a ladrar a un mastín, los perretes euroliberales -Felpudo VI incluido- se desgañitan ladrando contra el oso ruso. Por su parte el oso ruso, como esos mastines que miran con curiosidad y cierto aburrimiento a los perros chicos que les ladran, no hace de momento, mucho caso.
Suponemos que espera que alguien recuerde a la bruja Von der Leyen y al resto de títeres de las corporaciones globalistas -Sánchez y sus secuaces incluidos- que la Federación Rusa cuenta con más de 5000 cabezas nucleares y con una tecnología y una capacidad industrial a las que las sanciones comerciales impuestas por Biden no les han hecho ni cosquillas.
El repentino ardor belicista de la eurocracia daría risa si no conllevase el peligro que está latente siempre que un imbécil coge un arma.
En el caso español, la cosa resulta especialmente obscena. El borbón y Pedro Sánchez se suman a las consignas belicistas dictadas en alguna logia o en algún Consejo de Administración.
Los mismos que permiten - y fomentan- que nuestras fronteras sean un coladero para la morisma y que ceden a todos los chantajes separatistas, ahora dicen - manda huevos- que Ucrania tiene derecho a "su integridad territorial". Asco es poco.