Ineficacia del código penal español



A continuación transcribimos la intervención con fecha 31/01/2010 del Jefe de Información y Prensa del Sindicato Trabajadores Nacional Sindicalistas Jesús Muñoz, en el programa debate “Sencillamente Radio” de Radio Intercontinental de Madrid (programa que se emite todos los domingos de 08:30 a 11:30 horas en esa emisora en el 918 de AM, Internet: www.radiointer.com).
¿Tenemos el código penal más duro de Europa, como dice Rubalcaba?

Me gustaría empezar recordando las funciones que deben cumplir las penas impuestas por los tribunales en general y las penas de cárcel en particular. Cuando se encierra en una cárcel o se ajusticia a un delincuente tras un juicio justo se hace por tres motivos:
1- Para proteger a la sociedad de este delincuente que podría seguir delinquiendo si estuviera en libertad.
2- Para castigar al culpable por su crimen cometido y resarcir a la víctima por los daños sufridos.
3- Para advertir a otros delincuentes, activos o potenciales de lo que les espera si delinquen.
Pues bien, en la España actual, y no sólo en la de hoy, sino en la que vivimos desde hace varias décadas, gobierno del PP incluido, no sólo tenemos un código penal blandito, sino que el entorno judicial, mediático y político lo hace más benévolo para los delincuentes que para las víctimas, además de no cumplirse ninguna de las tres funciones que acabo de mencionar.
Si por ejemplo el “Niño Sáez” ha sido detenido 26 veces y hoy está en libertad para seguir delinquiendo, no es porque se haya escapado 26 veces de la cárcel en plan Indiana Jones, sino porque el sistema le ha puesto 26 veces en libertad legalmente.
¿Quién es más peligroso entonces para la sociedad, el niño Sáez o el sistema?
Llevo muchos años mostrándome partidario del endurecimiento de penas y de la inclusión en el Código Penal de la cadena perpetua e incluso de la pena de muerte para determinados delitos horribles, delitos de los que desgraciadamente ocurren muchos y muy a menudo en España. Posteriormente, estas penas dependiendo del caso y, por supuesto, después de un juicio justo, pueden ser aplicadas o no, o pueden ser sustituidas por penas directamente inferiores, pero de momento que figuren en el Código Penal por si fueran necesarias por las tres razones que he comentado al principio.
Y se que lo que estoy diciendo es suicida, porque en la España actual, los que pensamos como nosotros, los que opinamos como nosotros y los que llevamos décadas criticando lo injusto, somos los principales nominados a probar en nuestras carnes este endurecimiento de penas. Por eso no sólo habría que cambiar el Código Penal, sino el sistema en general, para hacerlo justo y acabar con el mal desde la raíz, es decir, evitando que el mal se produzca, no quedándonos exclusivamente en el castigo a los malos. Antes de recoger el agua a cubos hay que cerrar el grifo que ha producido la inundación… pero eso sería otro tema.
Evidentemente, la culpabilidad de los políticos, de los jueces, de la legislación y del pueblo que lo consiente es inmensa, pero como estamos en un medio de comunicación, vamos a recordar la influencia de la prensa en la criminalidad admitida por el sistema.
Tu conoces este mundillo mejor que yo, Eduardo, ¿la entrevista al Rafita en Tele 5 es iniciativa de una reportera o de la línea editorial de la emisora?. ¿Esta chica estará siendo represaliada por lo que ha hecho o por el contrario elevada a los altares periodísticos, no sólo de su emisora, sino de casi todos los medios?
Y es que la prensa no sólo aborda estos temas como los aborda por ganar audiencia, sino que también para cumplir su papel en el guión que le ha tocado desempeñar dentro del proyecto de Ingeniería Social que practica este sistema.
Los medios sólo muestran la puntita del monstruoso iceberg que es la delincuencia (la española, porque la extranjera la omiten) y sus causas, lo sacan en su vertiente morbosa por aquello de la audiencia, pero nunca lo tratan con intención de hacer justicia. Siempre hablamos del borreguismo del pueblo, la prensa lo ha creado y la prensa lo utiliza. Si los innumerables casos de delincuencia horrible que se producen a diario tuvieran la cobertura informativa que han tenido, por ejemplo, la expulsión de Ronaldo o la geta nueva de Belén Esteban, el pueblo, aun siendo borrego, o precisamente por eso, indignado por lo que viera por TV que ocurre en España, clamaría justicia por las calles, actuaría personalmente contra los delincuentes, o lo que es peor para el régimen, ese pueblo no cejaría hasta que derribara a este sistema que consiente y utiliza su miedo, su sufrimiento y su dolor.
El sistema lo sabe, por eso llevan 30 años los medios de comunicación serviles al sistema (es decir todos, aunque quizás unos más que otros) poniéndose de parte de los delincuentes, de los terroristas, de los corruptos… y silenciando y criminalizando a los pocos españoles que se rebelan contra todo esto, e incluso ninguneando o poniendo como pobres locos a las víctimas a las que no hay que hacer caso porque su opinión no es neutral ni imparcial. ¿Y la suya sí?, ¿Su opinión es legítima y veraz? ¡Venga ya!
Insisten en que no hay que legislar en caliente. Bien, aparte de que legislar en caliente puede ser tan justo como hacerlo en frío, a veces puede resultar muy práctico, que es lo que debe ser la ley, práctica y justa. Y además, ¿cuándo no estamos en caliente en España si todos los días se cometen miles de crímenes, a cada cual más horrendo, mientras el sistema sigue empeñado en que España sea el paraíso de la delincuencia para todos los indeseables del mundo?
Mientras, el pueblo da vueltas en “Norias” criminales y repugnantes, consume telebasura en cantidades industriales para indignarse luego con “lo mal que les sienta” y todo esto en su casa y sin hacer ruido que las calles son para los Rafitas, los De Juana Chaos, los Arkán, los Latin Kings y los Rubalcabas y diciendo ¿Adónde vamos a llegar?, pues hasta donde ustedes lo consientan, señores y señoras que se indignan tanto mientras siguen apoyando al culpable por acción y por omisión.

¡Ningún Español sin Trabajo!

¡Ningún Trabajo sin Dignidad!