“MECAGÜEN” LA DEMOCRACIA (CON PERMISO DEL HOMBRE DEL TIEMPO)

A estas alturas es de esperar que ya nadie dude de que padecemos el sistema más capitalista de la Historia de España. Una vez más han dejado claro que no se cortan ni un pelo a la hora de demostrar quien es quien manda aquí.
Resulta que para sufragar las falsas perdidas de las constructoras deben acudir al fondo de pensiones público, ¡Toma ya!, se han estado forrando durante 30 años y en el momento en el que ganan un poco menos se quejan y lamentan bajo la excusa de que esto puede derivar en una terrible crisis de desempleo.
Desde el principio de la democracia los políticos se dedicaron a desmantelar el tejido industrial de producción, con un resultado demoledor para los sectores primario y secundario, que son en los que de verdad se crean riqueza, para fomentar exclusivamente el sector “servicios” mediante el que se enriquecen unos pocos a costa de todos y siempre a base de especulaciones y plusvalías. El valor de la renta del capital ha superado al valor de la renta del trabajo, dándose como consecuencia una criminal desigualdad social. La inflación, que es un mero impuesto sobre las nóminas de los trabajadores, es compensada por los dueños del dinero subiendo los tipos de interés, que no es más que otro mero impuesto sobre las rentas familiares, de forma que los bancos obtienen cada vez más beneficios mientras aumenta el número de familias hipotecadas.
Durante años nos han machacado los oídos con la cantinela de que España crece económicamente más que el resto de los países de la Unión Europea, ¡mentira!, el sistema se ha basado en los resultados económicos de las grandes empresas y de las entidades financieras, por lo tanto lo que ha crecido son las ya grandes fortunas de los especuladores y la de los “tratantes” de trabajadores a costa de la más descarada esclavitud laboral. Estas economías de especulación son una doble carga para el poder adquisitivo de los trabajadores, la primera subiendo los precios de los productos y la segunda hipotecándose (ya sean hipotecas de viviendas o préstamos para el consumo) para poder pagarlos. Es triste comprobar que hoy en día el único patrimonio que tiene el trabajador son sus nóminas cada vez más mermadas por ser inferior su aumento al del de la carestía de la vida y, en la mayoría de los casos, reducido brutalmente al tener que ser hipotecadas.
El crecimiento de las fortunas de los poderosos tiene tres lanzaderas, tan sencillas como fáciles de demoler si hubiera un mínimo de conciencia Nacional; la construcción, el turismo y el tráfico de drogas, armonizando el blanqueo de capitales mediante la construcción de complejos turísticos repletos de mano de obra barata y de viviendas familiares donde se multiplica el precio del valor del suelo por el número de alturas, y la contratación furtiva de mano de obra.
El sistema ha fomentado desde los organismo oficiales perfectamente orquestados por los medios de difusión, tanto públicos como privados, la falsa necesidad de que los jóvenes tienen que independizarse cuanto antes. Esto tiene más miga de lo que parece porque lo que busca el sistema es multiplicar el consumo, para que el capital vuelva a las manos del poderoso una vez plusvalorizados los productos consumidos. Valga como ejemplo una familia de cuatro miembros: necesitan una vivienda, un frigorífico, una lavadora, un solo consumo eléctrico, etc.,… mientras que por separado se necesita una cosa de todo esto como mínimo por cada miembro; en una habitación una única lámpara ilumina a los cuatro, en cuatro habitaciones de cuatro casas distintas se necesitan cuatro lámparas con su correspondiente consumo, contrato, etc. Pero ¿qué es lo que sucede en realidad?, pues que en la mayoría de los casos el iluso joven de turno, para vivir en su falsa independencia, tiene que compartir la vivienda con otras cuatro o cinco personas para así abaratar los gastos, cambiando de esta forma un núcleo social natural como es la familia, por otro de desarraigo.
El sistema liberal capitalista, además de cumplir de esta formas sus objetivos económicos, también ha destrozado todo tipo de defensa social de la persona, porque los desarraigados jamás podrán enfrentarse a las injusticias, dado que no existe la unidad familiar, ni sindical, ni municipal ni Nacional. La masonería mediante sus democráticas formas liberales ha logrado un triple objetivo; el dominio, el perpetuarse y el pasar desapercibido camuflado en la verborrea de la libertad inexistente y en el pacifismo conformista y burgués.
Pero volviendo al principio del escrito, ¿por qué se atreve el sistema a manifestar que para solucionar la crisis hay que acudir al dinero del FONDO DE PENSIONES PUBLICO? ¡Joder! pues porque saben que la gente al vivir hipotecada tiene miedo a quedarse sin trabajo y además no poder afrontar los sangrantes pagos de las correspondientes hipotecas. Por tanto, alguien que no llega a fin de mes ¿cómo se va a preocupar por su futuro y el de sus hijos?, lo único que le importa es el día a día.
Lo de la CRISIS DE LA CONSTRUCCION es mentira, lo que hay es crisis en la venta de lo ya construido, por el alto precio de la vivienda y por el escaso poder adquisitivo de las nóminas de los trabajadores. Solución: bajar los precios y subir las nominas, dinamizando de esta forma la economía y además dando posibilidades para el ahorro. Pero ¡es tan difícil dejar de ganar parte de ese 500% que ganan los constructores!. Mientras que las nominas no suben ni un 3%, el precio de la vivienda sube un 10%, con la obvia diferencia existente entre un 3% sobre 1000 € y un 10% sobre más de 400.000 €. Los constructores no han perdido, digan lo que digan, ni su patrimonio económico ni su patrimonio inmobiliario que les queda por vender y encima quieren quedarse con lo poco que tenemos, que son nuestras cotizaciones a la Seguridad Social. ¿Por qué no se lo piden a los bancos que siguen obteniendo beneficios de más de un 20% sobre los ejercicios del año anterior? (suma de la masa del capital + beneficios)?, pues muy sencillo, porque los constructores y el sistema de las entidades financieras forman una sola trama económica; además, a los bancos no les interesa que exista la Seguridad Social, siendo sus pretensiones que los trabajadores lleguen a hacer conciertos con entidades privadas.
Otros ejemplo: en una nomina de 1000 € un trabajador cotiza a la seguridad Social el 6% (60 €) teniendo cobertura en caso de enfermedad del titular y de su familia, medicinas, pensiones de jubilación, de viudedad, de orfandad, de enfermedades invalidantes, de accidentes comunes y laborales (en algunos casos con el beneficio del recargo por Falta de Medidas de Seguridad), hospitalización, etc. mientras que una entidad privada por la mera asistencia medica te cobra más de 90 € al mes por persona. Está claro, esta gentuza de la necesidad hace negocio y además son antisociales, lo mismo sucede con la enseñanza, que ha llegado a degenerarse la pública para potenciar la privada (es decir, la de los ricos), e igual esta sucediendo con todo lo que supone bienestar y servicio publico.
La clave de que este pasando todo esto nos la ha dado el recientemente cesado como ministro de trabajo, Sr. Caldera (el muy mamón) diciendo que a él no le preocupa el aumento del numero de desempleados, lo que verdaderamente le preocupa es la influencia del cambio climático en la economía española. ¡Hay que ser hijo de puta para hacer este comentario! Ni existe tal cambio climático ni existe economía española salvo la de los bancos y la de las multinacionales.
Lo que quieren es que sigamos como hasta ahora, mirando al cielo con la boca abierta mientras ellos, que nos han dejado sin nada, tengan asegurada su tranquilidad y que no perturbemos sus logros “democráticos”. Somos unos gilipollas que nos creemos sus milongas de libertad para ser explotados, sí, somos libres para quedarnos sin Nación, sin Estado y sin Patria, somos libres para morirnos de hambre, somos libres para darnos y dejarnos dar por culo, somos libres para perder la libertad, la dignidad, el honor y todos los verdaderos valores para someternos a la tiranía de las urnas.
“MECAGÜEN” la puta democracia y si por decirlo llueve o sube un par de grados la temperatura me importa un carajo, para eso se han inventado los paraguas, los botijos y los abanicos, que ¡gracias a Dios! (con perdón) todavía no están en manos de las multinacionales económicas, aunque a este respecto prefiero callarme no sea que les de ideas.
En cualquier caso, lo dicho, “MECAGÜEN” LA PUTA DEMOCRACIA.

Carlos Rodríguez. Jefe Nacional Sindicato TNS.