¡CAMARADA JORGE CESARSKY, PRESENTE! (Por Jesús Muñoz)

Los que hemos tenido la enorme satisfacción de honrarnos con la amistad del Pibe y no hemos podido despedirnos de él (yo me he enterado hoy, día 28 de Junio, al mediodía de que ya está montando guardia en su lucero) tenemos un doble malestar que no le deseo a nadie. Por un lado el dolor causado por el saber que ya no estás con nosotros, viejo amigo, y que no te veremos ni escucharemos por esta tan amada madre patria tuya que adorabas tanto, tanto que sangrabas a diario con lo que la están haciendo.  Cómo echaré de menos tus llamadas, Jorge, después de mis intervenciones en la radio felicitándome por ellas o dándome novedades de tu lucha diaria infatigable o contándome como estaban las cosas por tu otra patria, tu sufrida Argentina.


Por otro lado, el remordimiento de no poder despedirme de ti, ni siquiera sabía que estabas en tus últimos días, y mostrarte una vez más mi admiración por tu inigualable e infatigable combate y agradecerte el ánimo que nos transmitías a los que no queremos darnos por vencidos en esta desigual contienda que mantenemos con el sistema, y tanto hemos aprendido de ti.

 
Pero los que ya hemos despedido a muchos camaradas, siempre se van los mejores coño, sabemos que no os vais del todo, porque seguís batallando desde vuestros luceros, para que los que nos quedamos en nuestra querida España sigamos en la lucha con ansia de victoria, esa victoria que seguro celebraréis allá arriba, ahora ya sin prisa, cuando por fin llegue. Los que nos vamos quedando no se si merecemos esa victoria, pero sí la merecen los que vengan y los que nos esperáis en el cielo y que, sin duda, por lo menos tenéis la satisfacción del deber cumplido.
 
Desde ayer ya tenemos otro motivo más para luchar por una España mejor y más justa, la de congraciarnos contigo querido Pibe, y a partir de hoy, cuando mire estas despejadas noches de verano allá arriba veré un nuevo lucero brillar con un destello especial, ese destello de tu sonrisa eterna que hacía imposible el permanecer enfadado al estar a tu lado, y si afino el oído seguro que escucharé una vez más ese “Camarada Jesús, ¡Arriba España!” que dicho con tu inconfundible y entrañable acento argentino, lo hacía aún más hermoso.
 
¡Qué grande eres Jorge, cuánto te debemos y qué ganas tenemos de devolvértelo!
 
¡DESCANSA EN PAZ! (bueno, en tu caso es un decir querido amigo, no creo que descanses ni siquiera allí arriba, desde donde nos estarás contemplando con fraternal cariño mientas seguro que algo tramas)
 
Nunca pensé que llegaría este momento, pero con lágrimas en los ojos y sin embargo con una sonrisa en mis labios que corresponda a la tuya grito con todas mis fuerzas:
 

¡CAMARADA JORGE CESARSKY, PRESENTE!